Y o s h i h i r o - T a t s u k i 立木 義浩
"No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte".
Jeremías 1 5.12
EL HOMBRE DIFCIL
No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte
Jeremías 1 5.12
Su ojo de cíclope entre paredes
montones de páginas sin leer
donde yace la vieja arma
a quemarropa de su pólvora
voz de trueno, seca y de tono escaso
cuando me asomo deslumbra
ese escenario donde pesa la sabiduría
sus pies arriba del barril
el frío de la cerveza que suda
a intervalos del conocimiento
tomo el agua de la tinaja
sigue en observación del manuscrito
marca borra aniquila
veo su foto en medio de una vida salvaje
sobresalto en mi interior
ya rodará la cabeza sobre un verso
incluso a su sentencia
abre las puertas para que vuele
todo lo que ha vaciado del espacio
de la última página hasta el principio
en la que una avería se ve de fuga
todo lo que hemos podido reparar
aún no añoro mi desgano
contra esas zonas del pensamiento
donde hemos dicho demás y no hay
salvación de instinto donde colocarlo;
el hombre es su ademán de alucinaciones
transcurre en la destreza
el humo de lo que aspira lo envuelve
siento envidia de no estar
en su misma estancia sobornable.
Lee lo que me he dicho
sigue en silencio
abre su pecho, silba y sonríe
ha hecho lo que el cirujano
metáfora extirpada
sangró el corte y no lo explica
son degradaciones a mi ego
se comporta ajeno a cualquier lealtad
le he dicho a la mujer del poeta
que pudiera consolarla
tengo el verso en su perfección al oído
ella se conmueve y espera
demoro mi boca en su seno
bajo muy lento al sonido que imita
mujer bestia amortaja y le designo
un tarro del cuerno
donde el poeta endulza
especie de discurso ante su desolación
y roza la mirada con el campo de centenos
de aquel libro que acumula
horas rayadas que claman del hastío..
salgo de la estancia y hago
la pirotecnia del humo que libra
una intensa búsqueda de lo eterno
aún cuando ha descubierto
que la letra es sobre la piel
un lienzo humano que labra su aliento.
Juan Carlos Recio Martínez
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