El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa
El enemigo ha cambiado, pero la casa sigue ocupada por comedores de piso, cada quien que ponga nombre a quién destruye su vida...
Sandy Skoglund
XXVII
Pocos salieron ilesos
Del sable del español:
La calle, al salir el sol,
Era un reguero de sesos.
Pasa, entre balas, un coche:
Entran, llorando, a una muerta:
Llama una mano a la puerta
En lo negro de la noche.
No hay bala que no taladre
El portón: y la mujer
Que llama, me ha dado el ser:
Me viene a buscar mi madre.
A la boca de la muerte,
Los valientes habaneros
Se quitaron los sombreros
Ante la matrona fuerte.
Y después que nos besamos
Como dos locos, me dijo:
«¡Vamos pronto, vamos, hijo:
La niña está sola: vamos!».
José Martí
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