incomprensión
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Cuando las hermanas de la Orden de Malta, propietarias del convento, vendieron los bienes artísticos del monasterio de Sigena a la Generalidad de Cataluña se generó un conflicto entre los Gobiernos de Aragón y Cataluña por estos bienes. Las ventas, que tuvieron permiso eclesiástico, se realizaron en 1982 (44 piezas por 66 millones de pesetas) y 1992 y 1995 (52 piezas por 39 millones) y fueron parte de una permuta de terrenos.
Las operaciones fueron denunciadas por el Gobierno de Aragón por considerar que tenía derecho de tanteo para adquirir las obras. Según el Gobierno de Aragón, algunas de estas obras fueron compradas según la normativa legal, existe un segundo grupo que también fue adquirido legalmente por la Generalidad pero sin dar opción a Aragón a ejercer su derecho de tanteo, y finalmente hay un tercer grupo de piezas que están en depósito y siguen siendo propiedad de la orden.
Las operaciones fueron denunciadas por el Gobierno de Aragón por considerar que tenía derecho de tanteo para adquirir las obras. Según el Gobierno de Aragón, algunas de estas obras fueron compradas según la normativa legal, existe un segundo grupo que también fue adquirido legalmente por la Generalidad pero sin dar opción a Aragón a ejercer su derecho de tanteo, y finalmente hay un tercer grupo de piezas que están en depósito y siguen siendo propiedad de la orden.
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Ya la Audiencia Provincial de Huesca (en sentencia firme) ratificó el 30 de noviembre la sentencia del juzgado que en 2015 ordenó devolver las obras, rechazando el recurso de la Generalitat y centró sus argumentos en la nulidad de los contratos de venta de los bienes y en el carácter “indivisible” del monasterio (y todos sus objetos), que ya había recibido en 1923 la consideración de monumento nacional indivisible.
Pero es que, además, el último recurso presentado por el Consorci del Museu de Lleida y la Diputació contra el traslado ante el TSJC ha recibido la siguiente respuesta del juez: "No ha lugar", concluye el auto.
Por lo tanto, en un Estado de Derecho, nos gusten o no, las resoluciones judiciales deben cumplirse.
Si yo compro algo que ha salido sin permiso de otro territorio, lo tengo que devolver. esa es la Ley, lo demás son inventos