El concepto, lo macabro, lo bello y el alma.

...y una joya inquietante, la obra de la artista rusa Елены Оплаканской.


Quizás un día podamos liberar algunas plazas de la decadencia y el bochorno que provoca la acumulación de piezas « famosas » del llamado Arte contemporáneo; cuadros, instalaciones y objetos que como tarecos bien instalados en el « concepto », se rien a carcajadas de la inteligencia humana.

Citar ejemplos me obligaría a enfrentarme a un statu-quo de la mercancía para snobs y tomadores de pelo, a quienes es mejor bojear que discutir razones, porque se lo tienen bien aprendido, desde el estilo, el vestuario, la proyección, el marketing , las cáscaras de la no crítica, resumida a crónicas sociales de un estruendoso aparataje inmaculado, que consiguen imponerse en las revistas de Arte, exclusivas para fanáticos de la respetabilidad contemporánea. A quienes, sin dudas digo, “ cuando ya eres la norma, pasaste a obsoleto”, crueldad constante, pero básica en el Arte vivo. Sin dejar de preguntar: ¿Ahora qué harás, a qué te dedicarás ? El Arte contemporáneo 'conceptual' nos ha sacado del estancamiento estético, pero constato que rema sin salirse del lugar, que a la sombra de un número ínfimo de representantes se opacan miles de creadores y que siento como la energía contenida debe, por gracia de los tiempos, reventar y mostrarnos nuevas opciones.

No hay dudas que se ha llegado lejos, Franz Kafka decía « A partir de cierto punto, no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar » La susodicha promoción entró en escena el desbarajuste de millonarios en males de sensaciones, comprando a precios astronómicos patos de goma, perros que mean, dibujillos de cuatro esbozos a tirar en la cubeta después de hacer las necesidades, y videos lobotomizantes que repiten hasta el colapso cerebral la pixellizacion aguda de un agujero, o como en mi caso, porque no soy ajena a la corriente, la macropixelización de los poros, que por falta de recursos económicos, mal que comparto con millares de creadores, no puedo llevar al formato deseado.

Con el derecho de existir, nadie lo niega, desbarataron el trabajo sistemático y de paso se cargaron los pinceles, el buril y hasta el trapo para el aguarras, para decir que vale la chorrada tapada con una lata de cal, el accidente de vagancia extrema, acompañado de una tesis inspirada en desconstruir. A quienes digo « ya hicieron historia, ahora , ¿para dónde van? ¿O me van a repartir relleno de colchoneta, y repetición más o menos gloriosa por otras cuatro décadas?

Hemos pasado por todo, desde la sublimación macabra , sangre por los cuatro costados, cuerpos mutilados y mórbida presencia, que obligan a reflexionar sobre presentimientos que tuvimos de esta era que comienza, este 2012 preñado de menos conflictos bélicos- aunque solo estamos en febrero, voy a tocar madera- pero ruinoso en la condición humana, el vandalismo político, la piratería de banqueros, la inmolación de la esperanza.

Punto de no retorno hacia el que convergen las energías planetarias, tardías en precisar que la humanidad no soporta tal desequilibrio. El bien y el mal, hasta ahora forzajeando en la balanza se ha perdido en la imposición del premio al absurdo, de la ganancia al oportuno, del poder al mentiroso, de la mampara que obstaculiza la visión del horizonte a una masa cada vez más necesitada de pan, zapato, y tranquilidad.

Lo bello me irrita cuando es frívola insinuación de una pretendida moral, hasta el pigmento bien casado con su equivalente y frugal luz, puesto de decoracion, insulta la honestidad que precisa el arte. Lo hermoso va más alla, ruega atención, sin necesidad de oraciones, por natura del movimiento interior que nos hace inclinar el ego, dejar sumisiones, para admirar lo que nos estremece.
Ese es el panorama, el punto alcanzado por los creadores contemporáneos. Dos mil doce-2012- precisa pues, cortadores de lianas sintéticas para escalar al cielo póstumo de la mediocridad, tipos apuestos en el arte del olvido que hagan oficio de barrenderos de tanto tareco apuñalando sentidos, performance acidulada por el show barato y la perspectiva inmediata de la fama, y se imponga la energía, sostenida la búsqueda, el riesgo, la inmensidad.

Puedo parecer reaccionaria, o provocar un exceso de bilis en los parapetados en la fila de « lo que vale, -peones de un juego de ajedrez, si tumbas al primero se caen como barajas, - pero que cansancio encuentro en un racimo de plátanos posado sobre un socle con una barra colométrica, y que esto se me imponga como el « zumba cita » de lo mejor, por favor, cual es el concepto: «¿recuerda que vienes del mono?», o «¿acaba de aprenderte que azul y amarillo hacen verde,», por solo citar una muestra reciente, hallada por estas tierras del arte, terruño que debía ser de Nadie, y ahora está ocupado por unos pocos grandulones acomodados, invitados a bienales, que desplazan sus pescados fritos y refritos en la vanidad.

Por favor, el éxtasis puede dármelo el cuerpo que he amado, pero no un figurón de pantalla, si a esto hemos llegado, en plena depresión de los pintores, la cabeza baja de los que no andan en la farándula, y la vergüenza del que se toma en serio la « pasión”,- atención, hablar de emociones es castigado por la secta- habrá que decirlo o nuevos curadores, y otros críticos para hacerse bola, seguirán enrollando la maraña de parabienes manipuladores.

En fin, esto he visto y comento, salvándome de mencionar los casos mas drásticos, trágicos o cómicos del «  arte conceptual de la chorrada universal » donde solo breves « casos » merecen permanecer en las salas del futuro. Los cajones antiguos, que hoy llamamos museos, están hasta la metáfora invadidos de lo añejo, pululantes de especialistas en compras que no se tiran, y nadan, entre lo clásico ganado, « lo bueno a exponer », y la expansión de la nada para los artistas coleando. Las piezas valiosas salid a buscarlas, dejad la tentación de lo artisticamente correcto, lo farandulero imprescindible, obras sueltas en medio de una marea de chapuceros, repetidores de calcomanía y sucursales comerciales con fuerte marchandaje.

Nunca sabremos donde estuvimos, no solo raza, donde estuvimos como seres, y quién podía mover el alma , el cerebro, la estética, la concepción, los hologramas de los humanos. Estamos en un palco sobre un río desbordado, a merced de mercenarios. Nos han empachado tanto con la idea de la « igualdad » que olvidan que no pasa de ser la aceptación de la desigualdad ajena, de la diferencia, y que « tolerancia » es rebaja y juicio frente a otro. Dejad que existan, para gustos estamos.

De todas formas no pierdo, aunque inventé la formula astral de la permanencia poética, soy « persona no existente en mi comunidad », y lejos de compromisos de gracia amistosa, que llevan a te comento, entrevisto y divinizo por sociabilidad, puedo tirar jarros de agua sobre la tierra. Y ahí va el cubo, quitando el lastre geográfico y la anti-epopeya actual, sin mi amigo David Lago, quien me recordaba tomar las pastillitas para las crisis de infancia, mundo paralelo y fértil en los adultos, les presento « alma » estremecida por la artista rusa Helena Oplakanska , quien hace muñecas. A ustedes de investigar las emociones , dónde nos llevan, de qué nos sacan, qué nos dejan en este breve Proyecto que es la vida.