los enemigos de la buena redaccion




LOS ENEMIGOS DE LA BUENA REDACCION

por Osvaldo raya



El lenguaje es revelador de nuestro pensamiento y con él se trasluce el nivel alcanzado por nuestro espíritu: su altura o su bajeza. Un espíritu inferior escribe así, como párvulo y uno superior, sin embargo, nos hace salir enriquecidos y engrandecidos de su lectura o su charla. Y claro que la superioridad o inferioridad no está relacionada con la escolaridad o instrucción ni con el entrenamiento lingüístico. No vaya pues el tonto a pretextarlos. Ni so pena de la juventud y del desenfreno de las pasiones se justifique la carencia de madurez y contundencia. He tenido ante mí a apasionados jóvenes ‒ni siquiera muy letrados‒ que han llegado a estremecerme por su madurez y su altura y de quienes hasta he aprendido bastante con su conversación. Ellos hablan bien ‒redactan bien‒ porque piensan ordenadamente y están únicamente concentrados en trasmitir su mensaje. El éxito de su retórica está ‒en efecto‒ en la superioridad de sus espíritus y en la lealtad a las ideas que defienden. Son de esos chicos auténticos que tienen los pantalones y la moral bien enfajados y no están interesados en el aplauso ni en las lentejuelas que acicalan el ego.

El alma habla por la boca o por la tinta. Lo que uno escribe devela quién es uno y hasta las intenciones más ocultas, los vericuetos para llegar al verdadero propósito de lo escrito, sea cual fuere el tema que se aborde. No sé, por tanto, cómo se atreven y se arriesgan a teclear un texto, a fin de publicarlo, el insano, el necio, el egocéntrico, la criatura en estado embrionario y primitivo o el soldadito apenas bien artillado. Aquel que tiene desorganizado el pensamiento, tal cual se expresa y redacta párrafos informes e incomprensibles. Cuando uno lee lo que alguien escribió sin respeto de sí y del lector, cuando uno lee algo así escrito sin pensar, como el desentendido que embarra el lienzo y lanza con los ojos cerrados sus locas pinceladas, se siente uno mal ‒muy mal‒ y muy perdido, enredado en la maraña de palabras y no sabe, al cabo, de qué va la parrafada. Y es eso, que se descuida la coherencia y el orden; por lo que puede deducirse fácilmente que hay interés por cualquier cosa menos por comunicar cabalmente y aportar alguna idea. A veces uno espera alimentarse con lo que lee y aliviarse del dolor que padece o aprender o simplemente entretenerse o relajarse pero se frustra porque no hay palabra detrás de la palabra sino muecas. Y espejismo resulta, acaso, la letra impresa y abismo o erial.

Se sabe que abundan ‒y es lamentable‒ composiciones en las que ‒por ejemplo‒ en el segundo párrafo ya el autor contradice lo que dice en el primero y el lector se aturde y se cansa y se echa hambriento y sediento al final de la página. Es triste comenzar una lectura y darse cuenta enseguida de que estamos ante un fárrago o una sarta de oraciones distróficas que nos dejan la sensación de haber sido testigos de un ripio de ideas. Insisto: La mala redacción no tiene que ver tanto con la falta de conocimientos gramaticales como con la ausencia de contundencia espiritual y de objetivos claros a la hora de decir. Da pena toparse con autores que están tan enfrascados en llamar la atención ‒a veces hasta con expresiones soeces y estridencias‒ para que se los tenga por polémicos e interesantes y que están tan empeñados en producir una bomba publicitaria o en escandalizar a los lectores que no les importa atropellar y oscurecer el discurso ni hacer añicos el hilo y la idea central.

He leído muchos artículos publicados en la internet que no le encuentro ni pie ni cabeza y salgo de leerlos y por fin no llego a ninguna conclusión y ningún sabor me dejan y ninguna hendija donde pueda enterarme de cual postura o posición ideológica o política o religiosa tiene su autor. So pena de una sospechosa humildad y de un supuesto respeto a la imaginación y opinión de los lectores, se dice sin decir y entra el lector en innecesarios vericuetos, trampas, arenas movedizas, abismos camuflados, laberintos. Y a veces hay mas pluma que ave y nada se dijo y huera e inútil resultó la parrafada. Pero todo esa palabra escurridiza e intrincada ‒toda esa gerundiada‒ en verdad es cobardía, flojera, exceso de artificio y mucho ‒mucho‒ miedo al compromiso. A eso le llamo escribir por escribir. Y el que sabe de gramáticas, sabe bien que está no ante un inexperto sino ante baboso, ante un alma que se repliega y se deja arrastrar por los narcisismos de la moda relativista y posmoderna. Por eso el lector se pierde e ingenuamente se culpa a sí mismo de su incapacidad o de su falta de cultura por no haber entendido; y no sabe, pues, el lector, que la incapacidad es la del autor y la torpeza y la falta de contundencia en el espíritu.

El que no tenga nada que decir, que se calle y el que no haya cultivado el espíritu sobre bases bien firmes o no haya curtido la piel del alma. Los narcisistas no tienen nada que decirle a los que buscan en un artículo o en un libro la verdad o los que anhelan pilares para sus causas justas. Y aburre mucho leer al exhibicionista o al wannabe. Dígase que la vanidad y el snobismo atrofian el buen decir y no precisamente la carencia de oficio. Estos ‒vanidad y snobismo‒ son los verdaderos enemigos de la buena redacción.



Ponencia del blog EL AZUL DE MI MISMO en el CONGRESO VIRTUAL INTERNACIONAL DE BLOGGEROS (CVI-b) POR LA LIBERTAD Y CONTRA EL TOTALITARISMO que se celebra en este mes.

Commentaires

Andrea a dit…
Aplaudo con ganas este texto de Osvaldo raya, es realmente magistral. Un abrazo!
Anonyme a dit…
¿Y qué se cree este tipo que se erige en juez lingüístico e ideológico con prosa decimonónica?
Por eso estamos como estamos.
Gracias Andrea. un besote amiga querida.

Anonimo, si lo puse es porque admiro a Osvaldo Raya como persona y por su prosa, él no utiliza esa bajeza de andar escondido para ofender a nadie y si a usted le pico sera por algo.

evite ofender a quienes publico, si no le conviene no lea y siga camino. Gracias
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amor que soy a dit…
no estoy muy de acuerdo: sabido es que los poetas tenemos tendencia al narcisismo y a la vanidad, y sin embargo la poesía es el género supremo, el más difícil y el más sublime
Mixha Zizek a dit…
Excelente texto, muy bueno, gracias por la lectura, un gusto leerte

Exhaustiva pero directa
Anonyme a dit…
Magnífico artículo.
Nada se dice si no se redacta bien y se escribe bien.
william Rios a dit…
http://3.bp.blogspot.com/_-WeSAViZTRo/SoYtsjbAqKI/AAAAAAAAEHE/KfdeD1Bv8jU/s1600-h/clasico.gif
Puchungurria a dit…
Si chiquita, es verdad todo eso pero todo el mundo tiene derecho a escribir si asi lo desea, no se le puede ahora condenar a los que piensan desordenadamente (mea culpa), o no le sale buena la redacción, y discrepando un poquito con Osvaldo raya pienso que la instrucción si tiene que ver.
Mira querida que te extraño, peor es cuando utilizamos la pluma para hacer daño, oferder, difamar, acabar con el projimo, asi sólo por no pensar como él.
Puchungurria a dit…
Y regreso porque hace tanto que no sé de ti y el buen tema que traes hoy que aqui estoy con mi café. Me he quedado pensando en esto porque escribir bien no es tarea fácil, Marga. Tienen que ver muchas cosas: la práctica, el conocimiento, saber mucho de lo que se escribe y otro tanto de redaccion es importante. Las ideas organizadas como dice Osvaldo raya, las emociones que se tienen en ese momento, etc. Son pocos los escritores innatos. Muchos de los famosos que sus novelas han sido leídas por el mundo entero se apoyan en casas editoriales con excelentes editores que les ayudan a sacar la paja para que quede el buen grano. Concuerdo mucho con Osvaldo cuando habla sobre el alma, esto si, prefiero leer algo un poquito desorganizado y quiza con la redacción no muy buena a chocar con un alma envenenada. Pero desgraciadamente yo me he encontrado gente con talento, que escribe bien, buena redacción, organización y estructura correcta, pero como te dije anteriormente se dedican a acabar con carreras, trabajos, acciones, personas, en fin, leyendo a Osvaldo raya por segunda vez estoy deacuerdo en más cosas que hace un rato.
un abrazo, la cabeza loca.
Anonyme a dit…
Está muy bien, muy bien..
osvaldo raya a dit…
Ce commentaire a été supprimé par l'auteur.
osvaldo raya a dit…
invito a todos los bloggeros enfrascados en la lucha por la libertad y contra el totalitarismo a que participen en el CONGRESO VIRTUAL INTERNACIONAL y envien sus ponencias y expongan sus puntos de vista acerca de este tema de la redaccion en los blogs y de otros muchos temas [http://congresovirtualinternaciona.blogspot.com/] ....precisamente este trabajo que margara coloco aqui es mi ponencia para este congreso... tal vez estamos necesitando en este congreso una tesis diferente a la que yo propuse, una ponencia con otro punto de vista , y de eso se trata este evento ...intercambiemos, pues, que tenemos muchos cosas de qeu hablar.... el debate esta abierto.


por otra parte, gracias margara por tu apoyo a este congreso y tambien por tu apoyo a todos los eventos que surgen y a cuanta iniciativa haya por ahi que sea buena para la causa de la libertad y del amor... creo que tienes el don de la ubicuidad en la bloggosfera y tambien en los corazones de mucha gente... especialmente el mio...un beso grande
Realmente me da pena no haber estado al tanto de tan importante evento. Estoy muy complicada ultimamente y a penas tengo tiempo para mi misma. Asi que les presento mis disculpas porque creo que es un trabajo serio y merece apoyo.
En cuanto a la ponencia de Osvaldo creo que tiene mucha razón en lo que dice. La considero muy seria y muy a proposito.

Aunque quiero comentarles que desde hace muchos años aprendí que la vida moderna obliga al lector, cerente de tiempo, a seleccionar lo que realmente le interesa leer. Tan pronto se encuentra con uno de esos escritos a los que hace alusión Osvaldo, simplemente sigue de largo, no le da importancia y sigue buscando lo que realmente desea encontrar.Ese es el peor castigo para los narcisistas, egocentricos y elitistas, los supertalentos que "trabajan para un grupo selecto que le encanta el masoquismo."
Jajaja el ultimo parrafo me delata,
hoy amaneci demasiado violenta. perdonen mis palabras, no quise ofender a nadie en particular.
Esperanza

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