Dangerous Liaisons

Dangerous Liaisons (1926) - René Magritte.


WILLIAM BUTLER YEATS
Navegando hacia Bizancio
I
Ese no es país para viejos. Los jóvenes
en los brazos del otro, las aves en los árboles
–esas generaciones moribundas– en su canto,
las cataratas de salmones, mares repletos de verdeles,
peces, carne o aves, todo el verano celebran
todo lo que es concebido, que nace y muere.
Atrapados en esa música sensual, todos olvidan
a los monumentos de intelecto atemporal.
II
Un hombre avejentado es cosa deleznable,
un abrigo remendado en un palo, a menos que
el alma aplauda y cante, y cante más alto
por cada remiendo en su vestido mortal,
y no existe escuela de canto, excepto el estudio
de monumentos de magnificencia propia;
por tanto he navegado los mares y venido
a la ciudad sagrada de Bizancio.
III
Sabios erguidos en el fuego sagrado de Dios,
como en el mosaico dorado de un muro,
vengan del fuego sagrado, vuelen en una espiral,
y dirijan el coro de mi alma.
Consuman mi corazón, plagado de deseo
y atado a un animal moribundo
no sabe lo que es; y recójanme hacia
el artificio de la eternidad.
IV
Una vez fuera de la naturaleza, no tomaré
mi forma corporal de ninguna cosa natural,
sino una forma como la que baten los joyeros griegos
en oro y esmalte dorado
para mantener despierto a un emperador soñoliento,
o posado sobre una rama de oro para cantar
a los señores y damas de Bizancio acerca de
lo que ha pasado, está pasando o está por venir.


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