escribo


Simon Glucklich (1863-1943)

E N  E L  S U E Ñ O
N U N C A  B R I L L A  L A S A N G R E
Encontrar al fin la inocencia en una noche sin término
Sin pensar en el día que no volverá
Ni en el gavilán que no logrará despertarte.

Yo te persigo en todas las vías que conducen a tu locura
A tu locura de amar a siete leguas a la redonda
Que es la luz que se petrifica en la sangre
O en el caos
En su loca aventura de los placeres
Que acuden a tu frente
Donde finalmente
La sangre recupera su inocencia
y su eterna soledad.


Enrique Gómez-Correa

L A  M I S M A  P U E R T A
La puerta cautivada
en el pantano,
la puerta palomar,
la puerta gaseosa,
la puerta del placer
que yo golpeo,
la puerta del abismo,
la puerta que se abre
hacia una mujer,
hacia un secreto.
Puerta de lámpara,
interior y exterior
del pensamiento.

En esa puerta
con un reflejo de fantasma,
en ella todo es vida,
todo está inmóvil:
sólo tu amor navega
por el cuarto.

¡ Abrid, heridme !
Sueño, mujer, amor y pensamiento
¡ Herid, abridme !
Quiero pasar la noche
mirándote girar
hacia el amanecer.


Braulio Arenas. 

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