Isla, el libro inicial



Isla, el libro imposible

I

Isla nacida de un contratiempo de amor
acunada entre algas, peces,
el ruido de ancianas memorias
y los olores que nombran las cosas.

Una isla en  tempestad de arenas,
prisionera del mal ojo juega
en el único lugar donde todo está perdido:
las alas de un pájaro que cree en los milagros.

Cándida voluta que recorre
ríos subterráneos
fulminada por  guerras
y conflictos iniciativos.

La espuma, el verde de los árboles
y su miedo, su hambre en el vientre.

Rudos días donde entra
al paisaje, al vértigo
de isla perdida entre las olas.

Mi terrible hija
mi mujer abandonada,
mi isla de insomnios, despeinada
zozobra entre bestias
que horadan su vientre
en la inerte laguna.

En el ojo negro de la tempestad
la palma real roza
la nube asustada, huérfana,
que viene de lejos,
buscando protección.

Caricia que hiere las entrañas
de quienes pierden el camino
entre celajes.

Yo te abandoné,
partí en el humo de un  Habano,
y soy la habitante de un cuerpo
que gravita en el abismo.

Fragmento de naranja
en el luminoso día
pueda mi isla navegar sin lastre
los sueños locos.

II

La ausencia habitada

Mi amada espuma en  las playas,
violada por piratas escupe
al silencio devorador.

En una parcela de tierra
despoblados quedan los exiliados
sin azul de mar lejana.

Perder su lengua
perder sus padres
perder su alma
sin gritar.

Perder las ataduras
y habitar de recién llegados
un mundo encumbrado de ausencias.

Golpe bajo sobre una mesa
de una isla lejana, en lo invisible
flotando y maldiciendo a los ojos.

Sentir como la sangre parte
sin dejar marcas
a la memoria de un jardín
escondido en el fondo de los valles.

Allá  quede muerta
sin saber quién  sería
si  hubiese permanecido.

Soy otra y maldigo
la estancia completamente deshabitada

Me abismo,
sin respirar aúno
fragmentos de piel,
polvo de lápices y te dibujo:
muchacha sin calma, isla.

Más lejos que el bien
más lejos que el mal
una pequeña adormecida
recorre su isla
y mira al mundo aterrorizada.

Para quienes exaltan el buen tiempo,
estoy en la oscuridad
Para quienes avistan mi silueta allá,
soy el vacío, la  ausente.

¿Pueden los poderosos amansar
lo innombrable sin matar?
¿Puede mi isla navegar
laberintos, ecos,
rumores, agonías
de quienes partieron?

¿Puede mi isla aliviar
los mendigos del alba?

¿Puede mi isla  aliviar
las manos de marineros
que firman actas de pobreza?

¿Pueden sus confundidos hijos
enterrar sus cenizas
encontrar la tregua
curar sus alas?

¿Puede mi isla convertirse en árbol
para aves migratorias
y amantes alucinados?

Que la palabra perdida
cante al rostro de los disminuidos
en la locura del extranjero.

Que la palabra ahogada
sea brisa, y ventana
a los disminuidos
en la locura interior.

Mi isla, vístete de nosotros
los accidentados, los errantes,
los manchados y nacidos en tu tierra.

Mi isla barcaza,
dama de los vientos
en los ríos del tiempo
fecundo tu mirada,
y perdida para siempre quedo.


1994





Presenté el poema en muchos lugares, a editores y amigos  y nadie respondió , hasta que lo envié a Maya Islas y luminosa  escribió  versos para  cada imagen.  El resultado es un libro ilustrado con poemas de las dos. Gracias siempre. 

 Isla,  el libro imposible, junto a la poeta Maya Islas, en venta en: 




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