Selfie, ©Margarita García Alonso



Por tanto, no digas que fulano vivió mucho, porque tiene canas o arrugas; no vivió mucho, sino que duró. ¿Pensarás acaso que ha navegado mucho aquel a quien una brava tempestad le asaltó ya a la salida del mismo puerto y le llevó asendereado de aquí para allá y al antojo de los contrarios vientos enfurecidos, haciéndole girar en un mismo remolino? No, no es que haya navegado mucho, sino que se ha mareado mucho. Seneca

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