Confesiones

Lucas van Leyden (1494 – 8 August 1533), was a Dutch engraver and painter

Breviario de margaritas, 2013
Editora Betania.
Un demonio, al nacer,
me dio el arte cruel de ensangrentar
la peña y de escarbar en la herida.
Charles Baudelaire.




Confesiones de una vagabunda

¿Cuál amistad tendrá con nada 
el que en todo es contrario de sí mismo?
Francisco de Quevedo

Antes de perder la cabeza

pondré sobre la mesa la herida.

Quiero esconderme en la plaza pública,

donde siempre he estado 

al alcance, a la mano 

sin perturbar, sin llamar la atención.

Quiero tener paz al nombrar 

cada esencia que me ha matado.

De nada os sirvo,

podéis cerrar el cuaderno,

quemarlo, escupirlo

depositarlo en el bolsillo del suicida.

De todas formas soy culpable:

he bebido poco

he fornicado menos

pero embriago 

-borracha, no admito finuras 

en carne descompuesta-

ebria de sentir como olisqueas en un verso

buscáis consuelo donde no hay,

buscáis compañía

cuando huyo. 


Escasea el tiempo, me voy a traicionar,

voy a vender como postalita mi circunstancia.

Decorticaré cada ciudad, cada perro, 

seré breve como un rayo:

no me ha acompañado la suerte.

Desde que partí de mi tierra

no he recomenzado,

solo cuadernillos, mendicidad

y este breviario de vagabunda estacada.

Me dijeron calla, pero no he obedecido.


Aprende: no soy perla de altar, ni manto

que busque espalda.

Quizás hasta posea lo que necesitas,

pero puedo mancharte,

estoy sucia 

como una frase de usurpación

a la deriva del Danubio.


He fallado: 

quise retenerme adolescente,

quise que mi hija fuese siempre niña,

pero usé el santo que no conviene,

jugué el número que no tocaba,

usé la bárbara costumbre nórdica de la sal

sal gruesa en la acera, sal en la puerta

para espantar la nieve, el mal ojo, la escasez,

la fatalidad.


Pero llueve y sobre el nueve la lluvia,

rastrojos de mudanza, ropa usada,

fotos en el cajón de cocina

junto a utensilios oxidados

como tú y yo, extranjeros de especie.


Una mujer común, 

con una camisola de hospicio

rasgada, amarillenta,

sin identificación.

que te confiesa

llamarse Margarita.

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