naif

Niño con marioneta, de Rousseau el aduanero (naif).

UN SUEÑO
Muchas veces he tenido el mismo sueño... me parece que debo bailar ante ti; llevo un vestido etéreo, y tengo la sensación de que todo me va a salir bien; la multitud se aprieta a mi alrededor.
Te busco con los ojos: ahí estás, sentado enfrente; parece que te preocupa otra cosa, y no te fijas en mí; pero avanzo hacia ti calzada de oro, mis mangas de plata cuelgan negligentemente, y espero.
Levantas la cabeza, tu mirada se detiene en mí; a pasos ligeros, trazo círculos mágicos; tú ya no quitas de mí los ojos, obligado a seguirme en todas mis evoluciones, y tengo la sensación de un éxito triunfal. Todo lo que apenas adivinas te lo hago ver por mis

movimientos, y estás sorprendido de esa sabiduría que mi danza describe para ti. Luego me sacudo de mis hombros mi manto impalpable, te muestro mis alas y me elevo en el espacio. Me encanta ver cómo me sigues con los ojos; después, dulcemente, vuelvo a bajar y caigo entre tus brazos, que me estrechan…

(Bettina a Goethe)


Mariano Fortuny: Los hijos del pintor en el salón japonés., 1874. 
Óleo sobre lienzo, 44 x 93 cm. Museo del Prado.

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