Vendedoras de flores en Londres

Vendedoras de flores en Londres, de Gustave Doré, hacia 1875. 1346 x 2210 cm

FINA GARCÍA MARRUZ
El huésped
Qué raro es el amor, qué raro
aun entre amantes
que se aman, aun en el seno
de la casa materna,
la entrañable,
qué instante
tan raro aquel en que él irrumpe
de otro modo,
súbito como un golpe,
el amor dentro del amor,
qué raro ese minuto
de compasión total, pura,
sin causa,
sin posible respuesta
ni duración
posible, qué raro
que a nadie hayamos
amado, acaso, más,
que a ese niño ajeno, en México,
que a ese que pasó hablando
consigo mismo,
que a aquella odiada mujer,
porque, de pronto,
su bata de casa nos miró desolada,
un fragmento de su espalda
nos hizo llorar
como la más arrebatadora música,
qué extraña
crecida sin palabras.
Hemos corrompido
de mentira y de uso
la palabra
amor,
y ya no sabemos 
cómo entendernos: habría
que decirlo de otro modo,
o callarlo, mejor,
no sea cosa
que se vaya, el insólito
Huésped.


De: Visitaciones

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