Rajarajeswari

Rajarajeswari, XIX century company painting



El decembrista

—¡Que el senado pagano sea testigo!—
¡Estos hechos no mueren!
Encendió la pipa y se abrochó la blusa.
Al lado juegan al ajedrez.

Trocó su sueño ambicioso por una cabaña
en los sórdidos confines de Siberia
y una pipa adornada en su boca mordaz,
que clamó la verdad en el mundo de la pena.

Chapotearon por vez primera las barcas germanas
Europa lloraba cautiva,
y las negras cuadrigas se encrespaban
en las vueltas triunfales.

En los vasos flambeaba a menudo el ponche azul.
Y con el gran rumor del samovar
en voz muy baja hablaba la amiga renana,
guitarra amante de la libertad.

—¡Aún suscita vivas voces
la dulce libertad del ciudadano!
Pero los ciegos cielos no quieren sacrificios:
son más seguros el trabajo y la constancia.

Todo se ha enredado, y no hay nadie a quien decir
que el frío poco a poco invade todo.
Todo se ha enredado, y es dulce repetir:

Rusia, Leteo, Lorelei.


Osip Mandelstam: Декабрист El decembristra


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