LA MUJER QUE DABA COLORES, poema de Emilio Barraza

Vincent van Gogh, mujer cafe - Museo Van Gogh, Amsterdam

Poema de Emilio Barraza

LA MUJER QUE DABA COLORES

(Emilio Barraza)
La mujer que daba colores
No tenía calendarios
Circulaba en la raíz cuadrada
De las anémonas.
Solitaria, cromosómica
Incendiaba la prehistoria completa
Que hervía en su mochila.

Escribía en los corpúsculos del viento
Su pulso mineral latía en las estrellas.
Sólo las raíces de las plantas
Comprenden su escritura.
Su caligrafía son las ramas de los árboles
Que escriben en silencio sus poemas.

No tenía cumpleaños.
Sus ciclos vitales
Provienen de un pañuelo
Que tejieron los ángeles
En las primeras épocas.

Su currículum vitae está escrito 
en la piel de los caballos
que corretean libres por las praderas.

La mujer que daba colores
Vivía en universos paralelos
Donde la poesía y las matemáticas
Son gemelas univitelinas.

La mujer que daba colores
Camina descalza por las avenidas.
Mantiene un viejo noviazgo
Con el arcoíris
No le interesan los minotauros
Ni las teleseries.
Simplemente vive
En el lado oculto del espejo.
Desde allí ha de venir a pintar
A los vivos, a los muertos
Y a todos los que alguna vez
Perdieron el color de su reflejo.

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