Jerome Rosen, 1930.

Jerome Rosen, 1930.

Por Eduardo Mena


Arruinemos estas tierras, estas que nos han recibido tan bien. Hagamos de esto un pedacito de aquello de lo que hemos huido, convirtámoslo en su imagen y semejanza. Arrebatémosles a nuestros anfitriones toda potestad sobre ella, y echémoslos fuera de estos predios. Así, llegado el momento, nuestros nietos, tengan que volver a emigrar.

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