Salmo
Gyula Benczúr - Cleopatra
Salmo, Ingeborg Bachmann. poeta australiano
1
¡Callad conmigo, como callan todas las campanas!
En la placenta de los horroresbuscan las sabandijas alimento nuevo.Públicamente, cuelga los Viernes Santo una manoen el firmamento, le faltan dos dedos,y no puede jurar que todo,todo, no haya sido y que nadaserá. Se hunde en las nubes pardas,arroba a los nuevos asesinosy sale absuelta.
De noche, sobre esta tierra,forzar ventanas, darle para atrás a las sábanas,que quede al descubierto el embozo de los enfermos,una llaga llena de alimento, infinitos dolorespara todos los gustos.
Enguantados contienen los carnicerosel aliento de los desembozados,la luna en la puerta cae al suelo,no recojas los fragmentos, la cinta de la que colgó...
Todo estaba preparado para la extremaunción.(El sacramento no puede llevarse acabo).
2
Qué vanidad de vanidades.Arrastra una ciudad hasta ti,levántate del polvo de esa ciudad,toma posesión de un cargoy enmascáratepara no ser desenmascarado.
Cumple las promesasdelante de un espejo ciego en el aire,delante de una puerta cerrada en el viento.Intransitados están los caminos sobre la pared a plomo del cielo.
3
Oh ojos, que la tierra, almacén solar, quemó,con la carga de lluvia de todos los ojos cargados,cubiertos ahora de hilos, de telashiladas por las arañas trágicasdel presente ...
4
En la cuenca de mi mudezpon una palabray levanta grandes bosques a ambos lados,que mi bocaentera quede en la sombra.
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