fuera de juego



Poema Fuera de juego

de Heberto Padilla

A Yannis Ritzos, en una cárcel de Grecia.



¡Al poeta despídanlo!

Ése no tiene aquí nada que hacer.

No entra en el juego.

No se entusiasma.

No pone en claro su mensaje.

No repara siquiera los milagros.

Se pasa el día entero cavilando.

Encuentra siempre algo que objetar.



A ese tipo, ¡despídanlo!

Echen a un lado al aguafiestas,

a ese malhumorado

del verano,

con gafas negras

bajo el sol que nace.

Siempre le sedujeron las andanzas

y las bellas catástrofes

del tiempo sin Historia.



Es

incluso

anticuado.

Sólo le gusta el viejo Armstrong.

Tararea, a lo sumo,

una canción de Pete Seeger.

Canta,

entre dientes,

La Guantanamera.

Pero no hay

quien lo haga abrir la boca,

pero no hay

quien lo haga sonreír

cada vez que comienza el espectáculo

y brincan

los payasos en la escena;

cuando las cacatúas

confunden el amor con el terror

y está crujiendo el escenario

y truenan los metales

y los cueros

y todo el mundo salta,

se inclina,

retrocede,

sonríe,

abre la boca

'pues sí,

claro que sí,

por supuesto que sí...'

y bailan todos bien,

bailan bonito,

como les piden que sea el baile.

A ese tipo, ¡despídanlo!

Ése no tiene aquí nada que hacer.


Estoy ausente, saludos.

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