Yeyé Báez ESTA en MADRID




Matanzas es una ciudad adormecida entre ríos. Por sus calles deambulan fantasmas, poetas, músicos, pintores y locos, atraídos por sus puentes, y una extraña pasión por el arte. De ahí salí, de una lomita llamada Kilometro 101, con los dedos manchados por emborronar cuartillas y varios amuletos: amigos que siguen mencionándome para que no me borre.

Cuando tenía edad de ser señorita – no digo que lo fuera-llegó a mi vida una muchachita delgada, de pelos muy negros y unos ojos de “aquí estoy” que fragmentaban cristales y hacían milagros de las luciérnagas en las noches oscuras.
Como nacen las cosas inmensas. Venia de la mano de ese gran actor llamado Gilberto Subiaurt, de mas esta decir que es mi hermano y juntos hemos dormido delirios y desconciertos en toda la existencia.

La señorita –no dijo que lo fuera, pero en edad estaba-subió a la escena del teatro, y más bien fue un pararse todos los pelos, una ley de atracción recoge miradas, un sobresalto, una voz grave que inundaba la platea y anunciaba YEYE BAEZ es una de las mejores actrices cubanas, telón, aplausos, cartelera, devoción, amor, apego, ilusión, mar en calma, mar en rabia delante de su presencia escénica.

Recuerdo que fue en el mes de enero, cerca de mi cumpleaños y me regaló un vestido amarillo de un algodón muy fino, con el que podía desafiar las ventoleras de esa bahía donde tenía por oficio escribir crónicas de la vida cultural. A ella le regalé un poema, no había prosa que se resistiera a seguirla en bambalinas, seguirla en amiga, de teatro matancero, a teatro en la Habana, de monologo a tragedia. Todos los registros le van bien, como un diente que muerde la vida y atrapa la emoción, el brincoteo del alma.

Vinieron premios, propuestas y cada día la chica seguía siendo la flacucha de la voz que roza y deja ecos que resuenan en la distancia. Y hubo arroz con menta como único plato en la mesa, y viajes en un tren eléctrico que en tres horas te deposita en la bahía de La Habana, y repeticiones y repeticiones porque para llegar a esa escala de vibración se necesita decir mucho un texto, apropiárselo y hacerlo suyo. Nada la detenía.



Éramos afiebrados dando patadas a cualquier limitación, la vida nos pertenecía.

Un invierno me dejaron afuera, en Paris. Cualquiera se pone contento con estar en Paris, a mi me faltaban la madre que me quería, la abuela que me aconsejaba, Gilberto que me inculcaba a desprenderme de cualquier salitre y Yeyé, que se asemejaba al picaporte que abre y nunca hiere. Me faltaban ellos, junto a otros que no tenían que mencionar una palabra, pero ajustaban aquel vestido amarillo que me convertía en girasol, un girasol de pétalos inmensos que ningún abejón dañaba.

Nos perdimos y como son los espacios del exilio, sin tiempo, ni tierra precisa, hace dos años supe que andaba por España, yo estaba en Madrid, deteniéndome en cada plaza con mi amigo imaginario, que daba señales al barco,” si no puedes regresar a tu puerto, Yeyé está cercana”. Yeye tenía que saber que en mi apartamento de Madrid estaba su plaza.

En una fecha lejana – cuando aun teníamos edad de señoritas, no digo que lo fuéramos- quitamos pueblo para irnos a la Ciudad de la Habana, y teníamos razón, en la capital el infierno es más grande, pero si hay agallas, el pez nada más lejos.
No es fácil encontrar un teléfono en el despeñadero de amores rotos pero se puede cuando se cree de forma persistente y comenzaron las llamadas “Vente a Madrid, Yeyé, vente que te espero”.



Y hubo mi amor contrariado, y estuvimos en enero de este año, en las calles madrileñas buscándonos, ella con su maletica; yo con la mía que abandonaba la ciudad que quiero, ambas buscándonos y perdidas entre personas que ponen pies a las muchachas de pasión. Veinte, veinte y pico de años sin vernos, siguiéndonos en textos, en fotos… hasta que tomé el avión –y mira que lloré ese diez de enero con la ciudad blanca por la nieve, y cuanto desespero- y regresé a Francia.

Yeyé se quedó en la esquina de casa preguntando “¿cómo es posible, cómo me ha traído y ahora parte a dejarse morir en Groenlandia?

Imaginen el destrozo, el encuentro que no pasó porque “alguien” me había robado el teléfono, porque no sabía dónde estaba esa actriz que pone los puntos sobre la is.
Yeyé que es tan grande como los personajes que le han habitado, batió callejuela, recogió mi alma y se alojó en la ciudad que le regalaba. Ninguna mujer con fibra abandona el alma de una amiga a la merced de los pasadizos, “algún día regresara…”-se dijo-

Yeyé Baéz está en Madrid. Abran bien los ojos, dramaturgos, directores, compañías, grupos, actores, interpretadores, creadores ,esta mujer tiene su puesto en cualquier teatro de Madrid, en cualquier capital del mundo, porque es la esencia, no de la actuación, no de la interpretación, de esa alma del teatro que respira, te modifica, te hace ola y te estremece cuando la ves.



Las circunstancias me han sido desfavorables, pero ahí tengo a Yeyé. Tener a un amigo que se enfrenta, con una pasarela de actuaciones y premios a su disposición, me hace confiar que ganara la apuesta. La vida es simplemente una apuesta, donde eres el rey, la reina, quien mueve, se mueve, se bate y pierda o gana, pero va por lo mejor.

Hoy regalo el talento de Yeyé Baéz a Madrid. Las muchachas con vestidos amarillos saben qué hacer con ciudades hermosas donde un susurro transforma el universo. .



momentos de Yeyé Báez
publicado tambien en Elpais, el titulo hace link directo

Commentaires

Anonyme a dit…
qué suerte tiene yeyé de contar así con tu amistad y tu fidelidad, y yo de habernos encontrado y abrir así las puertas a tu mundo
Deny a dit…
Lindo tema,lindo homenaje,buenisima interpretación,Gracias.
puse una foto de mi nariz made in hand en mi blog, pa que la guardes si un dia necesitas un respiro auxiliar jejej ;) salu2ssss
YEYE a dit…
Cariño sin respiración, sin palabras, Eres el genio de la palabra. Cuanta belleza,
rMagarit que lindoooo. Hoy no podré dormir.
Me enamora tu cabeza.
Miles de besitos
Cuidate mucho. Y Vente pa Madrid.
Mi amol, jejejeeje.
Miles de gracias y miles de cosas buenas para ti, que eres muy grande y te lo mereces.
Anonyme a dit…
Llamamiento al bloguero desconocido (y al conocido también)

Continúa en Blogs con Banderas la recogida de firmas contra las restricciones de acceso a Internet para los cubanos, esta vez materializadas en los hoteles de la Isla, y por la libre expresión en Cuba.

A ti bloguero desconocido, que te haces de rogar, que intentas disimular tu escepticismo o tu resquemor disfrazándolo de desconocimiento o despiste (“no me enteré… no sabía… a mí nadie me dijo…”). A ti tus colegas o compatriotas –que te quieren bien- te convocamos. A ti, que aspiras a ser el protagonista indiscutido, que no quieres que te encasillen, que seguramente tienes un arsenal de peros a disposición de quien quiera oírlos, te pedimos que almacenes para otra ocasión todo eso y pienses al menos por una vez en los demás (todos vamos a ser protagonistas). A ti, a quien incluso hemos apoyado en su momento, te pedimos ahora reciprocidad. A ti, y si no te sientes aludido, a ti también, bloguero conocido.

Una vez alcanzado un volumen considerable de firmas, se pasará a divulgar una carta de denuncia en varios idiomas, para la que se habilitará un blog especial.

la campaña Con Todas las Banderas, que espera cubrir en el futuro, con miles de banderas individuales, el malecón de La Habana. La iniciativa es extensiva a otros blogs e internautas no cubanos, como contribución a una Cuba en la que primen la pluralidad y la tolerancia.

Las banderas pueden ser enviadas a blogsconbandera@gmail.com
Puchungurria a dit…
Chiquita regresa por favor, ahora mismo, ya.
Anonyme a dit…
Marga se fue de Madrid porque sabe que "La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener".
Gabriel García Márquez
abrazos chiquita, tienes mucho valor!
Anonyme a dit…
Hoy estoy fuera, pero en la noche sigo leyendo. A mí la verdad me encantóno sólo el hecho de leerte y por ende conocerte más a través de estas páginas, sino que además tu escritura tiene garra, está impregnadísima de sentimiento, de vivencias que no todo el mundo sabe transmitir, Contar cualquiera cuenta, pero transmitir, eso no todo el mundo lo logra. Te felicito.
Cariños

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