Pase el susto



Ya pasé el susto. Llegué a la media rueda y comencé el descenso imperceptible, pero descenso al fin. A secas: tengo una hija que proyecta luz; publiqué dos libros, e hice muchísimos cuadros y exposiciones; se me han muerto dos amantes; pasé el abismo y hallé el amor de mis esperas con el cráneo roto, pero fue solo visión de ángel; me enamoré de una ciudad: Madrid, donde hice amigas para llevar en la piel y acordarme lo que fue antes; perdí a mi gato Wiczy; desde hace una quincena de años no veo a mi madre y se han muerto mi abuelito , tías y un censo interminable de no exiliados; el mismo que estaba en el poder cuando nací sigue “dicta-destruyendo” en la isla; empiezo a poner orden en mis papeles; mi casa es un espacio ideal para conversar conmigo; mantengo correspondencia con un poeta loco de verso acido y un amigo con el que podría escapar a un fragmento de los tiempos, aun abro blogs sin que tengan cabeza, ni me muestren y visito fincas virtuales; constato que hay un clan de mujeres poetas en las sombras de la web y, sigo con el culo al aire, haciendo lo que me da la gana.Gracias por recordarme el puente. Bienvenidos a la otra mitad.

Commentaires

Anonyme a dit…
fascinante tu mitad y fascinante tú

un beso
Rosa a dit…
Pues feliz media rueda, amiga. Que manera tan genial de resumir ese medio siglo, que por desgracia coincide con el otro medio siglo de salación. Yo también voy llegando, me faltan sólo tres años, pero como salí de la jaula hace tan solo un quinquenio aún estoy por empezar muchas cosas. Aparte de que no soy ni escritora ni pintora, pero si tengo un blog (que ya con uno me sobra!) y como tu, una hija que es mi luz. Un abrazo desde Oviedo.
Anonyme a dit…
chiqui y te falto decir que has sembrado mas plantas que un jardinero y todos los anos tienes tulipanes en tu ventana...

hoy pase por los bajos de tu casa y vi que ya sacaste los tiestos de tulipas, y esperas que se abran en abril.

Es verdad, tu casa taller es un planeta, pues tu eres inmensa. No me canso de mirar cuadros y contarme historias. Gracias por existir en este norte, te debian declarar faro contra las brumas humanas.

Alina
Anonyme a dit…
Habra que cuidarse, cincuenta y aparenta la treintena y doblando paginas....ay lo que me espera...y con eso al aire.

el holandes.
Anonyme a dit…
elle est trop
Un beso desde la Montaña del Infierno ;)
Resumida y sentida historia que puede ser, y de hecho es, la de mmiles de compatriotas. El denominador común que nos une nos mantiene lejos.
Yo ni me atrevo a mirar mucho para atrás, y menos para el futuro, para no verme tan frágil.
Margarita, vives en Groenlandia??????????????????
ah, tu nombre me recordó a Darío.
"Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar, yo llevo en el alma una alondra cantar, Margarita, te voy a contar un cuento"...
me parece que a ti ya no te cuentan cuentos, jee. aunque siempre es grato creer en ellos...
Anonyme a dit…
chiquita,
te deseo un hermoso viaje por el puente que te conduce a la otra mitad. espero que publiques por lo menos dos libros más, que tengas mínimo dos buenos amantes más, que te mudes a madrid, que vuelvas a ver a tu madre, y que en algún monto puedas regresar a cuba, sin fidel.
muchos besos y mucha suerte
Desgraciadamente siempre habrá cosas que asusten, pero afortunadamente encontraremos otras que nos compensen en lo exterior y sobre todo en el interior nos dan la seguridad de que caminamos hacia nosotros mismos y no nos guía nadie, salvo nuestra propia sabiduría.

No te preocupes y deja venir el tiempo, que, de todas formas, va a venir.

Besos.
Gracias a todos, les llevo en el viaje
Anonyme a dit…
«Viajero que regresas
a esa ciudad del Norte donde una dulce nieve empapa la razón,
donde llegan los barcos cargados de preguntas a muelles laboriosos como mi corazón
háblale de mi vida,
las autopistas negras
que atraviesan volando mi terca soledad,
esa gente que pasa por la calle, llevando mi pensamiento al otro lado de la ciudad.
Cuando de ella y de mí queden sólo estos versos, los hoteles que un día quisimos compartir,
los coches aparcados sobre nuestro recuerdo,
la Glorieta de Atocha donde la conocí,
dile que estoy parado al final de mí mismo
igual que un aduanero sin nadie a quien multar,
como un autoestopista debajo de la lluvia,
como la menopausia de una mujer fatal.
Y dile que la echo de menos,
cuando aprieta el frío,
cuando nada es mío,
cuando el mundo es sórdido y ajeno,
que no se te olvide,
es de esas que da
siempre un poco más
que todo… y nada piden.
Cuéntale que la extraño y…»
Gato Sabina, en el tejado e incognito...
Anonyme a dit…
Vas a tener que aprender danés, pues no puedo descifrarte en otro idioma... y muero (como pez) por la boca: Det gør ondt at elske dig. MEGET...

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