La “insufladora” de Zeppelines



Esta mañana, hablando con una amiga, me di cuenta que he llegado a anciana.
No fue la poesía, fue el vivir poéticamente- más en el riesgo que en el libro- lo que hace que esta especialista en recaídas y destrozos amorosos, cuente experiencias.

Los amores lejanos se incrustan bajo las uñas y raspan, hieren hasta las pestañas. Son la plenitud, los curanderos de esperas, los dictadores de imprudencias, la reconciliación con el niño que abandonamos cuando quisimos aparentar adultez, pues pones, diríamos la naranja, y casi la piña, incluyendo la guayaba en el plato.

Imaginas un amor a distancia y te respondes lo que deseas en el noventa y nueve por ciento de los casos. Si constatas, físicamente, su presencia, la magia abre cavernas.

Yo tuve uno así, y recientemente.

Era un Zeppelin sobre mi cabeza y no podía ni respirar en la habitación. El Zeppelin desafiaba la gravedad del cuarto y yo zozobraba, mi corazón se adaptaba al vuelo y mis pulmones le regalaban el aire para que nunca bajara.

Y me largué a vivir con él, dos años en Madrid.

Entonces empezó lo bueno, hasta recostarme a su lado era orgásmico y amanecer, - hay un pero, ese pero que lastima- era aterrador. Por él dejé casa, hija, pintura, poesía, me dejé –amigas poetas dan fe- y me salio muy mal el viaje y las alturas que un zeppelín –insuflado por mi misma-puede alcanzar.

Tanto que se convirtió en talismán. Fue y es mi amor presagio. Mis ojos que siguieron sus desplazamientos en un pequeño cuarto, oteaban sin cesar sus gestillos, grababa para este momento futuro sus furias, desánimos, y aleatorias recompensas.

Ahora me acompañan, ahora que me he devuelto a mí, soy la ladrona que acumula más tesoros amorosos de la humanidad.



Regresé de Madrid tranquila, pues eché en la baraja su carta de riesgos, la carta donde fui única, la amante que cree, la que encontró. Y mira que Celine me había informado que no se debe rozar al amor. El no estaba preparado para tal regalo, y ni se le ocurriría pedirlo. Los hombres necesitan una resistencia, semejante a una brizna de desprecio, para reaccionar.

No quiero regalarle mi vejez, le libero de mi muerte y de mi imposibilidad cotidiana de tragarme poemas, de convertir el horizonte en su cuerpo tendido, de ser la testigo y admiradora de un sueño: fundirme con el zeppelín y saber que existe el amor por el que se joden los preceptos.

Le tuve, él no me ayudaba a creerlo. Me diseminé en sus poros, le escancié y morí. Por eso quité Madrid. Es la única forma de pasar a otra cosa.

El reconocía que yo andaba en naufragios e hizo lo necesario para que acabara mi fiebre. Me hizo un grabado de “mujer normal” y el hechizo me deshizo en fragmentos.

El animal que llevo dentro, me aconseja siempre de no romper, ni comenzar relaciones a distancia. Pero fue nuestro principio. En una “gare”-suena mas intenso que estación de trenes- le vi por primera vez, con su desgarrón bajo el ojo izquierdo, y zozobré. No tuve miedo a la altura de las olas, a mis cortas brazadas. Nadaría como una perrita hasta donde fuera posible.

Me libero de miedos.

Puede existir un amor más grande que el que inventas y esperas? Puede alguien asumir tal responsabilidad? Estamos en la época de caballeros y damas que te salvan de ti misma?



No hubo confusión. Como si me quisiera mucho, deje de escribir, de pintar, y supe, aunque les cause envidia, que es amar. Ya era hora, edad y experiencia tengo.

Lo que sucede es siempre muy enigmático; es para saber algo de ti, para que aprendas, -y lo hice con los pies en el presente, en tierra, sin mareos.

Cuando le parecí muy estrecha en el concepto de la entrega, me abandono, nos abandonamos sin decir una palabra. Ninguna cabía. Hice el atropello de sacar su maleta a la puerta, le miré a los ojos, y regresé a los glaciares.

Zurciéndole la herida en la mejilla, acariciando su fino pelo, besándole los hombros, con la astucia de vieja que no sufre, sin que se diera cuenta, pero frente a frente, le dije adiós en la calle Velarde número 10, de Madrid, un cuatro de octubre de 2008.

Es como el duelo que nunca se hace, sin tener el cadáver, lo tengo dentro y le deje partir. Si aún le doy aire, si miro sus fotos se estremece mi globo. Cualquier invento es bueno en este país, donde la manada de lobos no come a los ancianos sin dientes.

Hagan lo que puedan en el momento en que están, para ganar en calma. Algún día, quizás, tengan “su talismán”, pero hay que creer mucho, ser capaz de apresar el aire, parirlo y merecerlo. Vale la pena mirar el mundo desde la altura, como diosas de las nubes. Las mujeres atamos Zeppelines desde pequeñas. Con un hilito.

Estoy para aliviarles. Mi nueva profesión es: sopladora de aire de zeppelines desde el Mar de la Manche.

Commentaires

Anonyme a dit…
cabrona, que bien escribes.
Anonyme a dit…
Me gustaria escuchar la version del zepellin, ustedes las poetas son monstruosas.

Ernesto
Anonyme a dit…
Muy bello su tema
Anonyme a dit…
il y a des textes

que quiero traducir...
Anonyme a dit…
Donnez une chanceà votre manuscrit,
envoyez-le aux Editions Bénévent !
Anonyme a dit…
Un placer conocer tus escritos.

Eric
Anonyme a dit…
Donde podría comprar sus libros? Leí lo de Groenlandia y ahora este texto poético y me gustaría adquirirlos. Estoy emocionado. Dígame, conoce usted a Zoe Valdes? Es su amiga?
Es usted la escritora que tanto menciona como enemiga en su blog?
Muchas gracias
Alfredo
Anonyme a dit…
Uff!!! Cuántas cosas por decir aquí. Primero: usted, mientras siga teniendo experiencias como esas y que para colmo generen escritos como estos NUNCA llegará a anciana. Segundo: muchas mujeres del mundo darían diez años de sus vidas por haber vivido algo así. Tercero: Aunque después de inflados los zeppelines tomen su propio vuelo, siempre llevaran ese aire suyo donde quiera que vallen. Por último: le deseo de todo corazón que no le falte el aliento, porque son muchos los zeppelines en tierra que quieren volar, y porque otros menos ambiciosos, si la cosa es así como usted lo cuenta, viviríamos muy felices insuflados y encerrados en un angár.
Anonyme a dit…
estoy aquí, pero me tengo que ir porque me llaman mis hijas... en un rato regreso a leerte.
un beso
Anonyme a dit…
joder, que hermoso ese texto.
Anonyme a dit…
Inflame Chiqui, que a mi nunca me han escrito algo semejante y yo le he dedicado a libros una "pila de pajuatas".
Odette Alonso a dit…
Vieja y sabia. Bruja al fin y al cabo. Gracias, amiga.
Anonyme a dit…
chiquita, apretaste... oye, esto me recuerda al amante turco... qué locura!
muchos besos
Anonyme a dit…
Muchacha, si sigues escribiendo así te van a poner en un altar de los vientos junto a los otros Anemoi.
Anonyme a dit…
yo quisiera ser tu zeppelin, marga, pero a mi no se me va a ir el hilito...
Anonyme a dit…
ese zeppelin de Madrid estaba y esta lleno de parches. Pasa como con las camaras de las bicicletas, cuando tienen demasiados huecos hay que cambiarlas. Podias echarle el mejor aire del mundo, hacer tu altar de vientos, ser los Anemoi- como dice el colega por ahi-pero siempre se iba a desinflar, a parte de tener las tuercas rotas, no quiere avanzar. Ni con remedios de poesia le ponias en su lugar. Demasiada yerba en ese pecho, no tiene palabra, respeto, estructura, ni desos de avanzar.
Como conozco el material, no creo que ni se diera cuenta que era tu principe, eso si, ese aire bondadoso, tu presencia y ternura-de lejos se veia - los tendra a vida. Eres lo mejor que tuvo, un angel y te maltrato. Ahora es un perro callejero, sin papeles, uno mas de la ciudad.

Alain.
Anonyme a dit…
se me olvido ponerte que esta tan lindo que se me aguaron los ojos.
Fue un placer conocerte Marga.
Eres la persona mas noble que he conocido.
A.
Anonyme a dit…
Usted escribe con la gracia y el talento de Marguerite Yourcenar. las margaritas cuando son artistas dejan caminos.

saludos

Camilo-Madrid.
Anonyme a dit…
Magnifica historia.
Anonyme a dit…
Cela me fait vraiment envie de vous lire
Ahora si..gracias por la lectura y la amistad, pero no me digan cosas tan "bolitas" que despues me dara pena poner cualquier chorrada. De todas formas les tendre en cuenta si me piden un empleo del tiempo.

Odette, la fairy azul, Xenitis con ustedes tengo confianza, ya me vengare poniendole elogios en sus blogs.

Al senor Alfredo, gracias por visitarme y le respondo. Conozco a Zoe por su blog, Paris esta a una hora y media de La Mancha. Aunque nos presentaron en La Habana no debe recordarme pues he enviado proposiciones de exposiciones y libros a lugares donde ella ejerce cierta influencia y me los han devuelto de forma negativa, si los leyo no le gustan o no le interesa mi pintura para nada, pues aqui no ha dejado mensaje, ni jamas ha respondido a los que les he puesto en su espacio, o en el correo personal.

Ella debe tener mucha vida social y mucho trabajo para ocuparse de todos, y menos de quien no le interesa.

Pero no soy yo, ni se tampoco quien es.

Lei que le habian preguntado, y tambien espero. Estoy ajena a ese debate, aunque sea cubana.

De todas formas preguntele a Zoe en su blog , es ella quien puede responderle.

Gracias.
besos
Anonyme a dit…
Cuanto lo amas!Precioso escrito.

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