EL sillón de los abuelos.



los amigos que ayudan cuando hablan con el corazón...

No te deprimas porque sales de Madrid, si tienes coche en Francia puedes visitarla con frecuencia (si no te vas en tren o autobús) y quizás algún día te mudes para allá definitivamente, la vida da muchas vueltas. Viví en Madrid en tres ocasiones por largos períodos (tenía mi residencia permanente en Los Angeles, California) después en Marbella por cerca de cinco años, ahora estoy en Miami, y quizás de aquí a un año, me encuentre en el Polo Norte. Yo he aceptado la vida filosóficamente y el peregrinaje lo he tomado muy en serio, siempre sentí que desprenderme de la raíz materna, me convertía en nómada, es como buscar siempre el origen, pero bueno, este concepto es complicado. El caso es que los exliados tenemos ansiedad de movilidad, será porque perdimos el sillón de los abuelos, ya sabes, ese que al pasar de los años sigue ahí y que mientras envejece, se convierte en monumento de veneración familiar. En fin, no te desesperes, Madrid está a un suspiro de Paris.

Un buen abrazo,
K.A.

Commentaires

Anonyme a dit…
Ese texto me va muy bien, en realidad nos quedamos de viajeros, buscando un puerto, eso que perdimos y que jamás, nunca más será...
gracias por ese post que nos aclara las enormes incertidumbres de los exiliados. Muy poéticas las palabras, muy enclarecedoras para mí.
Victoria Ramos
Anonyme a dit…
Muy hermosas esas palabras de exilio...sin el sillón de los abuelos estamos siempre de viaje.
Mis saludos

Echevarría.
Yo pensaba que tenía tu email pero parece que no. Si, hoy viernes amanecimos nevados. No veía esta imagen desde hacía muchos años, y sobre todo en el centro, donde la nieve no cuaja. Debería haberme levantado cuando sonó tu mensaje en el móvil pero nada, bastó el peso ligero del edredón para convencerme de lo contrario. No sé si todavía pueda tomar alguna foto de San Cayetano blanco; si es así, te la manda a La France, pero pásame un email luego, anda, no seas mala, chiquita.

Besos.

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